La desbandada de la renta variable china comenzó hace tres semanas, y desde entonces el desplome roza ya el 30%, lo que representa su mayor tropiezo en más de dos décadas, de acuerdo con los datos de Bloomberg.
En medio de este clima de máxima tensión, más de 200 valores cotizados en China han sido suspendidos de cotización desde el cierre de ayer. Esta situación no es nueva. De acuerdo con los datos del Shenzhen Stock Exchange, desde la semana pasada han sido suspendidas de cotización un total de 760 compañías, más de una cuarta parte de las cotizadas en el primer mercado de las Bolsa de Shanghai y Shenzhen.
Entre las medidas más destacadas que han adoptado las autoridades chinas para intentar paliar el descalabro bursátil destaca la paralización de las salidas a Bolsa previstas en el corto plazo. A medio plazo sus planes pasan además por reducir el número y la cuantía de las OPVs.
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