Una sicav o sociedad de inversión de capital variable es un instrumento utilizado principalmente por grandes fortunas principalmente Luxemburgo, Suiza, Italia, España y Francia. Este tipo de sociedad, muy criticada por ser vista como una herramienta legal para evadir impuestos, les permite invertir parte de su dinero y diferir el pago de impuestos gracias a la creación de una sociedad anónima destinada únicamente a invertir en activos financieros.
Estas sicavs son bastante comunes en Europa no solo entre las familias más acaudaladas, sino también como instrumento para gestionar fondos de inversión, gracias a sus ventajas fiscales: En España se paga un 1% de impuestos por los rendimientos y plusvalías que generen, pero en Luxemburgo se tributa un residual 0,01%.
Para crear una sicav se deben cumplir algunos requisitos, como contar con al menos cien accionistas y un capital mínimo de 2,4 millones de euros; en el caso de una sicav por compartimentos, el capital mínimo desembolsado es de 480.000 euros.
Existen también restricciones a la inversión del capital de la sicav, que debe estar destinado principalmente a valores admitidos a cotización y diversificado entre distintas sociedades.
Aún así, el favorable tratamiento fiscal sigue siendo el gran gancho para la creación de una sicav. Entre las mayores de España están Morinvest, en la que participa la empresaria Alicia Koplowitz; y Allocation, vinculada a la familia del Pino.
Al margen de las propias sicavs de grandes fortunas, hay numerosos fondos de inversión creados en el extranjero y comercializados en España que son gestionados por este tipo de sociedades de inversión y que suelen estar domiciliadas en Luxemburgo.
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