Bankia admite que sus ingresos serían menores sin la ayuda del BCE: los efectos del carry trade

Doce meses después de dar a conocer unas pérdidas anuales de 19.200 millones de euros, la nacionalizada Bankia es una entidad muy distinta. Ha regresado a los beneficios y el precio de sus acciones se ha más que duplicado desde los mínimos de mayo de 2013. Es más, el banco podría ser privatizado mucho antes de lo previsto. De Guindos: el Gobierno mantendrá la mayor parte del capital de Bankia este año.
La mayoría de analistas, señala el Financial Times en su último artículo dedicado a Bankia, alaban la transformación de la entidad, que fue aclamada en un reciente informe de investigación de Citibank como "la historia de reestructuración por excelencia en España".
Sin embargo, muchos inversores muestran su preocupación por el hecho de que Bankia se ha vuelto demasiado dependiente de las ganancias que provienen del llamado carry trade, por el cual los bancos de países como España e Italia utilizan los préstamos baratos del Banco Central Europeo (BCE) para comprar deuda soberana que da un rendimiento mayor. Son las inyecciones del BCE, ¡estúpido! El éxito del Tesoro no se debe a los recortes.
De acuerdo con Citibank, entre el 40 y el 50% de los ingresos de la entidad correspondientes al año pasado provinieron del carry trade. Desde Bankia, el presidente José Ignacio Goirigolzarri reduce la cifra a entre el 15 y el 20% e insiste en que no hay nada de que preocuparse. Es más, a medio plazo, pretende reducir los ingresos obtenidos por este concepto.
A diferencia de algunos bancos europeos, Bankia no tiene ninguna prisa por devolver los 47.000 millones en préstamos baratos del BCE que tiene en balance. El año pasado devolvió 19.000 millones y planea pagar otros 10.000 millones este año, señala el FT. Pero el presidente insiste en que "no tenemos la ambición de convertirnos en el primer banco que lo devuelve todo".
La operación del carry trade, habitual en la Eurozona, se acentuó tanto en diciembre de 2011 como en febrero de 2012, cuando el Banco Central Europeo hizo subastas a tres años, conocidas como LTRO. Tanto una como otra sirvieron para que algunos bancos tomasen prestado el dinero de la institución a condiciones muy baratas (1%) para comprar deuda soberana de países periféricos con vencimientos de dos o tres años, que ofrecían por aquel entonces una rentabilidad mucho más elevada.
Según los últimos datos del Banco Central Europeo, las entidades financieras españolas tienen deuda del país por valor de 272.000 millones de euros, frente a los 94.000 millones que tenían a finales de 2007.